martes, 18 de diciembre de 2007

El olor a pólvora quemada. Mi tierra.

Después de muchos días de ausencia por estos mundos ( el trabajo me mantenía absorbida en estas fechas "tan señaladas") he querido regresar con algo intenso. Agradezco enormemente a mi amiga Clara el día que decidió mandarme este vídeo por e-mail, para una valenciana en el exilio madrileño fue una mascletà de sentimientos, lloré cada vez que lo ponía.

He querido compartirlo por muchas cosas y aunque parezca que no tiene nada que ver con la temática habitual de mi blog, yo creo que sí. Cuando presencias una mascletà, sobre todo las de fallas, las que se repiten cada día del 1 de marzo al 19 de marzo en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia, nunca jamás olvidas esa sensación, te vibran hasta los pelos de los brazos, los mofletes... pero para mí lo más importante es el olor, el sabor de la pólvora mientras mantienes la boca bien abierta para que el sonido ensordecedor no te dañe los oídos... ese olor que a todos los valencianos nos hace pensar en fiesta, en celebraciones, en goles y en cualquier cosa que queramos festejar... siempre hay pólvora en esos momentos.

También, como no, aparece en el vídeo el arroz, ese cereal que tanto disfrutamos con nuestras paellas (que tampoco faltan en las celebraciones), esos paisajes en los que en cierta época del año, sólo se ve agua, hasta donde alcanza la vista porque termina fundiéndose con la Albufera o con el mar. En esos paisajes me crié, esos paisajes me hicieron ser lo que soy... y a esos paisajes, a esa tierra, a esas gentes, a las fallas, al olor de la pólvora y a todo lo que amo de Valencia, sobre todo a mi familia, que allí sigue, le dedico hoy este blog.

Mi corazón siempre estará allí y ellos lo saben.

Escucho: No Testament - Wim Mertens