sábado, 29 de septiembre de 2007

Los Sentidos y los Pasteles

Siendo como soy, una incondicional del sabor, os propongo acercaros vuestros sentidos para descubrir el objetivo de mi arte... El placer de degustar.

A través de este pastel, os prometo un viaje rico en sensaciones sabrosas. Al filo de las texturas, como si fuese un compositor, os desvelaré con matices y sutilidad, el maridaje armonioso de los perfumes que he seleccionado para vosotros..

La vista y el deseo:
La vista, sentido ineludible del deseo, sensible a los juegos de colores atrayentes, cálidos y brillantes, con texturas apetitosas, frutos jugosos y deliciosos... La vista, soporte de nuestra memoria, reaviva los recuerdos deliciosos y estimula el deseo y el placer.

El tacto y las texturas:
Sentido a menudo olvidado, es el chef de orquesta de la sinfonía del sabor. Las texturas líquidas son envolventes y efímeras, mientras que otras son sedosas, fundentes, cremosas o bien rugosas como un vino tánico. Las mousses, más discretas, desaparecen con la simple presión de la lengua.
Las texturas ritman y prolongan el placer...

El oído y los sonidos:
Anodino y sin embargo, el oído da todo el relieve a las texturas y es la caja de resonancia del placer. Deguste y escuche para apreciar la textura crujiente, con un sonido más grave, lo crujiente que crepita o chispea estimulando… Tantas resonancias que prolongarán los aromas y nuestras emociones.

El olor y los aromas:
¿Olor o Aroma? Dos palabras para una misma molécula. El olor se detecta directamente por la nariz, por simple aspiración. El aroma, prisionero del alimento, tendrá que liberarse en la boca por masticación para alcanzar la nariz indirectamente, por retro olfacción.
La nariz, primer contacto con los perfumes, despierta nuestra memoria de infancia y estimula las papilas y el apetito.
Los aromas, ricos y complejos, se desvelan en la boca. Con el talento y los conocimientos del pastelero compositor, los aromas se suceden sin nunca confundirse, para que persistan las sensaciones de sorpresa y placer.

El gusto y los sabores:
Los sabores se perciben a nivel de la lengua. Lo dulce, sensación suave y envolvente, es una fuente de placer desde nuestra infancia. El sabor salado es redondo y estimula el apetito. Las notas ácidas hacen salivar, estimulan nuestras papilas gustativas y son a menudo refrescantes, incluso agresivas. Lo amargo, más lento, monta "in crescendo" hasta el fondo de la lengua y se instala con persistencia… El quinto sabor, llamado "Umami" muy extendido en la cocina asiática, se sitúa como un velo salado/amargo sobre la lengua.

Viaja al filo de las texturas, paisajes con relieves marcados y coloreados sabores…
Existen viajes de los cuales nunca se desea volver... Tú posees la "cuchara" de esta aventura con placeres variados.


Ahora conocéis algo más de mí, de porqué amo mi oficio casi tanto como amo el chocolate y como diría Benedetti: Y también viceversa.