

En fin, que el simple hecho de escuchar la palabra linzer, me trae a la boca uno de los primeros sabores que recuerdo, el ácido de las frambuesas con la mezcla de especias… mmmm … este sabor y el del chocolate siempre me transportarán a aquellos años.
Los datos apuntan a que es la tarta más antigua del mundo, al menos renombrada y certificada. La preparación de esta famosa especialidad de la ciudad austríaca de Linz está escrita a mano en un libro de cocina que data del año 1696. Hoy la tradición la sigue cultivando la familia Jindrak desde el año 1929 y, de hecho, una de las visitas imprescindibles si estamos en esta ciudad es la del café-pastelería Jindrak (Herrenstrasse, 22), que ahora regenta Leo Jindrak II tras darle el testigo su padre, Leo Jindrak I. La deliciosa tarta, con confitura de frambuesa y masa perfumada con canela y clavo, se ha convertido en uno de los emblemas de la ciudad y en una de las compras obligadas si se tiene la fortuna de visitarla.


SABLÉ LINZER
150 gr mantequilla
150 gr azúcar glas
1 pellizco de sal
1 huevo
Clavo en polvo (una punta de cuchillo)
¼ cucharadita de canela
150 gr avellanas molidas u almendras (yo prefiero avellanas) o una mezcla de ambas
150 gr harina de repostería
Un poco de ralladura de limón, con cuidado de no rallar la parte blanca pues amarga.
RELLENO
200 gr de mermelada de frambuesas
Proceso:
-Ablandar la mantequilla hasta que esté pomada, añadir el azúcar, la sal y el huevo poco a poco, a poder ser con el accesorio de varilla hasta que esponje.
-Mezclar el resto de ingredientes y añadirlos a la mantequilla montada.
-Esta receta es para un molde desmontable de unos 22 cm de diámetro.
-Separar un trocito de la masa con las que haremos luego las tiras para adornar por arriba.
-Estirar con rodillo y forrar el molde dejando un borde lateral de unos 2 cm de altura y rellenarlo con la mermelada, decorar con las tiras y hornear.
-Horno 180º unos 25-30 minutos.

Espero que os salga rica y os guste tanto como a mí.
Escucho: Chiara Mastroianni – The eye of the tiger